En esta oportunidad, quisiéramos contextualizarlo en el ámbito organizacional y para ello, resulta necesario conocer qué es una competencia, la cual podemos definir como: cualquier característica individual que se pueda medir de modo fiable y cuya relación con la actuación en el puesto de trabajo sea demostrable.
Todas las conductas que forman parte de la competencia y que permiten corroborar la presencia de los comportamientos además, de la calidad de los mismos, son los indicadores.
Una vez ubicados en el concepto de competencia e indicador entramos en materia organizacional, la evaluación por indicadores dentro de las empresas ha ido cambiando con el tiempo, antes iban dirigidas exclusivamente a medir la productividad de cada persona y afortunadamente, esa visión se ha ido reemplazando por una que toma más en cuenta al talento de las personas, ofreciendo una visión más integral y contribuyendo a integrar un perfil del trabajador que se analiza desde el proceso de selección, se enriquece con la formación y por supuesto, se evidencia y se toman medidas de mejoramiento con la evaluación.
Otros beneficios organizacionales que se pueden producir de la evaluación por indicadores y competencias, es que éste proceso ayuda a mantener una visión objetiva de la evaluación, provee registros que permiten medir y comparar el desempeño en un período determinado de tiempo y toma en cuenta los resultados, dando espacio para optimizar la productividad y mejorar las relaciones internas y el clima de la organización.
Seguiremos enlazándote con este tema en nuestra próxima entrega…
y para finalizar hoy, les obsequiamos un Video de LUJO
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