lunes, 16 de agosto de 2010

Más allá del deseo

Reciban un afectuoso saludo.

El tema que hoy queremos compartir trata sobre las "Metas". Recientemente escuchamos en una película lo siguiente, el nombre se lo debemos porque no logramos recordar por aquello de la atención dividida: "...No es que no lo quiera hacer, es que necesita descubrir cuál es su buena razón para alcanzarlo..."

Como le querramos llamar, impulso, motivación, empuje, lo que si es cierto es que en toda conducta motivada pueden diferenciarse 3 componentes fundamentales a saber: Las metas, la instrumentación y los resultados. Todos ellos deben propender al crecimiento psicológico del ser humano, entendiéndose como tal al proceso mediante el cual el individuo enriquece la percepción de sí mismo y de su entorno, mejorando la relación con ambos. (Romero, 1999).

Por tanto, las metas son consideradas como incentivos que contribuyen a la energización de la conducta motivada.

Desde el punto de vista de la psicología, se define Meta como un resultado anticipado que contiene propiedades motivacionales.

Para que las metas tengan valor, deben ser percibidas como una necesidad interior que impulsa, que motiva a alcanzar un incentivo exterior, generalmente.

Es decir, que para que las metas propuestas a su equipo tengan valor, deben ser ideadas con un significado especial, tanto para los miembros en lo individual, así como para el equipo de trabajo como tal, generando un clima interno que la haga percibir y sentir como un beneficio personal y organizacional.

Si bien es cierto que las metas pudieran tener significados diferentes para los miembros del equipo, el motivo que prevalecerá será aquel que ofrezca mayor significado para la experiencia.

Toda meta debe tener un verdadero potencial motivador para que sea considerada como tal y no necesariamente con propiedad exclusiva de un solo motivo y esto es muy evidente en los equipos de trabajo. Debe ser el fin al que se dirijan nuestras acciones, la razón por la cual nos esforzamos consciente o inconscientemente y que nos moviliza a trabajar en función de su consecución.

Cada vez que plantee metas a su equipo de trabajo además de garantizar su clara compresión, previamente evalúe cuán significativa resulta tanto para la totalidad del equipo, como para los miembros de manera individual.


A manera de buena práctica pregúntese,
La meta es:

* ¿Es significativa?

* ¿Agrega valor?

* ¿Estimula la persistencia?

* ¿Vigorizará comportamientos orientados al logro?




En una próxima entrega estaremos conversando sobre Cómo se redactan las metas,
Por ahora nos despedimos hasta una próxima oportunidad...

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