Como en todo y para todo existen reglas, algunas están para ser rotas y otras para ser cumplidas.
En el caso que nos ocupa, el Trabajo en Equipo, tal como lo hemos expresado en anteriores entregas, nos hemos propuesto que antes de ver hacia fuera, volvamos la mirada hacia nuestro interior y evaluemos qué contribuye y qué necesitamos potenciar para ser un mejor miembro de equipo.
En el caso que nos ocupa, el Trabajo en Equipo, tal como lo hemos expresado en anteriores entregas, nos hemos propuesto que antes de ver hacia fuera, volvamos la mirada hacia nuestro interior y evaluemos qué contribuye y qué necesitamos potenciar para ser un mejor miembro de equipo.
Existen pautas conductuales que se esperan, que una vez establecidas, mejoren los desempeños individuales y del equipo como tal, más en algunas ocasiones pareciera que es tan evidente que no se dice y éste silencio, éste dar por sentado, genera graves consecuencias.
Partimos de la premisa que generalmente nos comportamos lo mejor que podemos hacerlo, sería cuesta arriba pensar que salimos a la calle a comportarnos mal de manera deliberada y es por ello, que nos inclinamos a creer que nuestros actos tienen una intención positiva o alguna vez lo tuvieron aún cuando para otros resulten cuestionables. -una de las presuposición básica de la PNL-
Lo cierto, es que en un primer contacto nos esforzamos por ofrecer lo mejor de nosotros aún a merced de perder autenticidad, porque esa buena faceta que mostramos, puede o pudiera estar teñida en etapas iniciales de temores, ambigüedades, hasta el latente miedo que pudiera implicar poner en riesgo la estabilidad laboral, por exhibir comportamientos de poca aceptación por la cultura de la organización -he aquí la buena intención: Evitar pérdidas-.
Más nos guste o no, "eso" que no agrada y que a veces no reconocemos y mucho menos aceptamos, forma parte de nosotros, así somos, con nuestra cara oculta probablemente para nosotros mismos y muy expuesta ante los demás, eso que de manera inevitable transmitimos y de lo cual muchas veces, ni siquiera, estamos conscientes y que los otros perciben con absoluta claridad.
En el trabajo en equipo, la autenticidad en las relaciones resulta un elemento de mucho peso, capaz de generar la confianza suficiente que le confiera soporte necesario al tejido social producto de las relaciones interpersonales.
Es por ello, que una forma de compensar las sensaciones de desequilibrios en el trabajo en equipo es dejando claro qué se espera de cada quién y si algo ayuda a esta labor, es el establecimiento de normas claras de conducta.
Si para la cultura del equipo es importante la participación y la puntualidad, esto debe dejarse claro y resultará imprescindible cerciorarnos que signifique para todos lo mismo, evitando con ello, interpretaciones personales que generen ruido, incomodidad e insatisfacciones.
De igual manera, la comunicación debe ser clara y transparente y por sobre todo, respetuosa. -que lo cortés no quite lo valiente-
En las culturas sanas, una norma podría ser la expresión de desacuerdos y mejor aún si se hace cumpliendo lo que anteriormente se establece sobre la comunicación.
Si algo ayuda a la libre expresión de sentimientos es la garantía de confidencialidad, por tanto, se debe manifestar de manera abierta que éste aspecto en particular responde a un código de estricto cumplimiento.
Resulta atractivo considerar que cuando trabajamos en equipo estamos mucho más orientados a resultados, ya que pareciera más factible el logro en menos tiempo y menor esfuerzo, pero alcanzar lo que nos proponemos implica una actuación coordinada; si queremos mejores resultados, será necesario que cada miembro revise sus pensamientos, creencias y sentimientos que potencien, no sólo resultados, sino mejoras en el proceso de transformación.
Si bien antes dijimos que la cultura organizacional determinará o mejor dicho regulará esos comportamientos esperados, la efectividad del equipo dependerá grandemente de cuán claro quede para todos, lo que se espera de cada uno de sus miembros y de "Todos en UNO" como equipo de desempeño superior.
¿Tiene claro qué esperan sus compañeros de equipo de usted y qué puede y quiere aportar?
Pareciera que una buena manera de zanjar no es sólo preguntar, implica necesariamente escuchar lo que se amerita aclarar.
No dé por sentado nada: Observe sin prejuicio, Indague sin fantasear y Actúe de manera objetiva.
Ganados a la idea de la efectividad del trabajo en equipo, seguimos enlazando y para despedirnos en esta oportunidad queremos compartir con ustedes un video de la Dra. Donna Novitsky de Stanford´s Entrepreneurship Corner, que trata sobre la importancia del trabajo en equipo.
Para nosotros es muy importante que lunes a lunes, nos dediquen muy gentilmente su mirada compañera al leer lo que sentimos y vivimos, en este particular proceso de convertirnos en miembro.
y si visitan la página, pueden lograr el video subitutlado y/o traducido e inclusive hasta lo pueden descargar, una vez se registren. http://ecorner.stanford.edu/authorMaterialInfo.html?mid=1847
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