Acá estamos de nuevo con ustedes...
El artículo de hoy es producto de una expresión que recién escuchamos en una sesión de Programación Neurolingϋística, de boca de uno de sus pioneros acá en el país.
Este respetado y admirado programador decía: "... la magia de promover el trabajo en equipo es esa maravillosa etapa de revisión personal que nos permite crecer, desarrollarnos y trascender como seres humanos."
Este será el tema que abordaremos hoy y que nos servirá para volver a poner la atención en nosotros mismos.
Siempre habrá quienes consideren que el cambio esta fuera y no les compete y afortunadamente, también habrá quienes consideren que el cambio comienza a partir de una revisión de sí mismos.
Este volver la mirada hacia nosotros, que con anterioridad hemos mencionado, nos permite conocernos aún más, nos facilita reconocernos y promueve un mejor encuentro de esfuerzos, habilidades y motivaciones con nuestros pares y superiores
Este proceso de conocernos implica una inmensa dosis de honestidad con nosotros mismos y con nuestros relacionados. Implica además, la gran necesidad de potenciar tolerancia por la diversidad de opiniones y convertirse en un gran maestro de la sinfonía de ideas y acuerdos.
Si algo resulta verdaderamente importante es conocer nuestras fortalezas emocionales, ya que nos proporcionará mayor conocimiento y dominio de nuestro mundo interior y de cómo ponerlos a la orden del logro de lo propuesto en nuestros ambientes de trabajo, lo cual contribuirá a dirigir una orquesta cuyo nivel de ejecución cada vez se torna más fino y exigente.
Si bien sabemos, qué nos hace fuerte en la adversidad, también es bueno conocer qué nos resta potencia, porque lo querramos o no, de eso estamos formados, con nuestro lado grato y nuestro lado oscuro. El manejo de esa doble cara de la moneda, nos hace sensilizarnos ante nuestra propia realidad y ante la realidad de nuestros pares, como un gran ejercicio de empatía. Si ellos nos aceptan con nuestras fortalezas y áreas de oportunidad, a nosotros nos corresponde responder en igualdad de cantidad y calidad de tolerancia y aceptación incondicional.
Pero el detalle está en que poner condiciones se ha vuelto una práctica constante y altamente perjudicial. Si bien los límites es necesario establecerlos para poder bordear nuestra área de intimidad muy personal y con ello precisar el tamaño apropiado del poro de nuestro manto permeable de interrelación de trabajo, el autorevelarnos hará que el resto de los miembros del equipo, nos perciban autenticamente en un espacio de sensibilidad, que nos permitirá saber que las decisiones que se tomen estarán cargadas de una inmensa dosis de consciencia por lo que implica ser parte y arte de un equipo de trabajo.
Este respetado y admirado programador decía: "... la magia de promover el trabajo en equipo es esa maravillosa etapa de revisión personal que nos permite crecer, desarrollarnos y trascender como seres humanos."
Este será el tema que abordaremos hoy y que nos servirá para volver a poner la atención en nosotros mismos.
Siempre habrá quienes consideren que el cambio esta fuera y no les compete y afortunadamente, también habrá quienes consideren que el cambio comienza a partir de una revisión de sí mismos.
Este volver la mirada hacia nosotros, que con anterioridad hemos mencionado, nos permite conocernos aún más, nos facilita reconocernos y promueve un mejor encuentro de esfuerzos, habilidades y motivaciones con nuestros pares y superiores
Este proceso de conocernos implica una inmensa dosis de honestidad con nosotros mismos y con nuestros relacionados. Implica además, la gran necesidad de potenciar tolerancia por la diversidad de opiniones y convertirse en un gran maestro de la sinfonía de ideas y acuerdos.
Si algo resulta verdaderamente importante es conocer nuestras fortalezas emocionales, ya que nos proporcionará mayor conocimiento y dominio de nuestro mundo interior y de cómo ponerlos a la orden del logro de lo propuesto en nuestros ambientes de trabajo, lo cual contribuirá a dirigir una orquesta cuyo nivel de ejecución cada vez se torna más fino y exigente.
Si bien sabemos, qué nos hace fuerte en la adversidad, también es bueno conocer qué nos resta potencia, porque lo querramos o no, de eso estamos formados, con nuestro lado grato y nuestro lado oscuro. El manejo de esa doble cara de la moneda, nos hace sensilizarnos ante nuestra propia realidad y ante la realidad de nuestros pares, como un gran ejercicio de empatía. Si ellos nos aceptan con nuestras fortalezas y áreas de oportunidad, a nosotros nos corresponde responder en igualdad de cantidad y calidad de tolerancia y aceptación incondicional.
Pero el detalle está en que poner condiciones se ha vuelto una práctica constante y altamente perjudicial. Si bien los límites es necesario establecerlos para poder bordear nuestra área de intimidad muy personal y con ello precisar el tamaño apropiado del poro de nuestro manto permeable de interrelación de trabajo, el autorevelarnos hará que el resto de los miembros del equipo, nos perciban autenticamente en un espacio de sensibilidad, que nos permitirá saber que las decisiones que se tomen estarán cargadas de una inmensa dosis de consciencia por lo que implica ser parte y arte de un equipo de trabajo.
Pero preguntamos ¿Cuánto de autorevelación será lo apropiado en un entorno organizacional?
¿Dónde está ese límite que coloca en su justo lugar lo personal y lo organizacional?
Si queremos seguir creciendo, resultará necesario iniciar un viaje hacia nuestro centro para luego poder ir al encuentro de los demás.
Recuerde el trabajo en equipo, comienza por nosotros mismo.
Recuerde el trabajo en equipo, comienza por nosotros mismo.
Nos despedimos hasta pronto, cuando compartiremos con ustedes un extracto de un trabajo que nos resultó ameno y sencillo en este viaje al mundo interior
Un verdadero placer y tengan todos ustedes una semana de grandes logros...
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